VM Litelantes

Arnolda Garro (V.M. Litelantes)

La Maestra Litelantes quien llevara el nombre profano de Arnolda Garro Mora de Gómez, nació el 6 de octubre de 1920 en Antioquía (Colombia), en el seno de una familia muy humilde y numerosa.

Aunque era buena estudiante, debido a una temprana enfermedad tuvo que dejar sus estudios para dedicarse al cuidado de la hacienda.

A los 13 años se hizo amiga de una viejecita que vivía sola, a la que ayudaba subiéndole agua todos los días hasta su casa. La viejecita, agradecida por el favor, empezó a enseñarle la ciencia misteriosa de los Jinas. Algunas noches la joven Arnolda se acostaba vestida y arreglada, lo que causaba la extrañeza de sus hermanas…; ya de mayor cuando se le preguntó a donde iba ella en estado de Jinas respondió que al Templo de Montserrat; bien sabemos por el Maestro Samael que ese Templo se encuentra en estado de Jinas en la provincia de Barcelona, España.

La Maestra Litelantes conoció al Maestro Samael por su fama de curandero y por haber sanado a su hermana enferma, lo que les permitió entablar relación y casarse muy pronto. Con su decidido carácter ayudó a su esposo a enderezar el rumbo en sus primeros años de casados, pues todavía tenía él algunos defectos propios de un bodhisattva caído; pero pronto enderezó el rumbo y se dedicó al estudio de sí mismo a la par que entregaba la enseñanza gnóstica; su capacidad de trabajo y la ayuda interna le permitió levantarse de nuevo para poder entregar el mensaje de la Era de Acuario, la Gnosis.

 Fueron inicios muy duros para los dos, pues con lo justo para comer tenían que sacar adelanteSamael-Litelantes7 la obra gnóstica y a su familia. Los primeros años tuvieron que viajar mucho con sus hijos por toda Sudamérica hasta llegar a México en donde trabajaron para la creación y expansión del
Movimiento Gnóstico y de la Obra Gnóstica.

La Maestra Litelantes siempre estuvo al lado del Maestro Samael colaborando silenciosa y anónimamente durante su vida; tras el fallecimiento de su esposo y a petición suya en el lecho de muerte, tomó las riendas del Movimiento Gnóstico y de la Obra hasta el 5 de Febrero de 1998, cuando dejaba este mundo y ponía en manos de su hijo Osiris Gómez la dirección del Movimiento Gnóstico, bajo las siglas del I.G.A. (Instituto Gnóstico de Antropología)

 

El Maestro Samael Aun Weor escribió sobre la VM Litelantes:

La Gurú LITELANTES, conocida en la tierra con el nombre profano de Arnolda de Gómez, me enseñó los estados de Jinas. Esta Dama-Adepto es mi esposa-sacerdotisa, y mi colaboradora esotérica. Yo había leído mucha literatura ocultista, pero jamás había encontrado datos concretos sobre el «modus operandi» de los estados de Jinas.

El Venerable Maestro HUIRACOCHA en su novela Iniciática, nos cuenta el interesante caso del comandante Montenero que con su cuerpo físico en estado de Jinas entró al templo de Chapultepec, en México, para recibir Iniciación Cósmica. Don Mario Roso de Luna nos habla también maravillosamente sobre los estados de Jinas.

Empero ningún escritor espiritualista jamás nos había enseñado la fórmula concreta para
poner el cuerpo físico en estado de Jinas. Aprendí esta fórmula de mi propia esposa-sacerdotisa. Ella me la enseñó prácticamente. Vienen a mi memoria muchas cosas interesantes de aquella época.

Allá por el año de 1946, mi esposa y yo vivíamos en el pueblo tropical de Girardot (Cundinamarca). Cierto día la Dama-Adepto me dijo: «esta noche me transportaré con mi cuerpo físico en estado de Jinas a casa de la señora E. Me haré sentir en ella, y allí le dejaré un objeto material». Algo intrigado le pregunté: ¿Es posible transportarse uno con cuerpo físico a través de los aires, y sin necesidad de avión? La Gurú LITELANTES sonriendo me dijo: Ya verás… Muy temprano fui a visitar a la señora… y entonces esa señora algo impresionada, me dijo que durante toda la noche había sentido ruidos en su casa, y pasos de una persona extraña. Luego me contó que dentro de su aposento debidamente cerrado con candado, había encontrado ciertos objetos materiales pertenecientes a la señora Arnolda.

Asombrado yo de la cuestión, fui a contarle el caso a la Dama-Adepto, y entonces ésta sonriendo me dijo: «ya ves que sí se puede viajar con cuerpo físico en estado de Jinas».

Más tarde me invitó a hacer una excursión con el cuerpo físico por los dominios de esas maravillosas tierras de Jinas, de las cuales habla don Mario Roso de Luna.

Una noche, la más quieta, la más callada… estaba acostado en mi lecho, en perfecto estado de vigilia; de pronto la Dama-Adepto me dijo: «levántate del lecho, y vamos» La Dama-Adepto había puesto su cuerpo físico en estado de Jinas, y estaba rodeada de las terribles fuerzas cósmicas del Dios HARPÓCRATES.

Me levanté de mi lecho, y lleno de fe la seguí, caminando con paso firme y decidido. Una voluptuosidad espiritual me embriagaba, y entonces resolví flotar en los aires. Comprendí que me había sumergido dentro del plano astral, pero con el cuerpo físico. Entendí, que cuando el cuerpo físico se sumerge dentro del plano astral, puede levitar y queda sujeto a las leyes del plano astral, pero sin perder sus características fisiológicas. La Dama-Adepto me hizo volar por encima de grandes precipicios y montañas, para probar mi valor.

Después de una excursión muy interesante realizada por remotas tierras de Jinas, la Dama-Adepto y yo regresamos a nuestra casa de habitación. Seguí experimentando por mi cuenta, y descubrí que para transportarse uno con cuerpo físico en estado de Jinas, sólo se necesita una mínima cantidad de sueño y mucha fe.

Más tarde la Dama-Adepto me explicó algo sobre el Huevo Órfico y los estados de Jinas. Me viene a la memoria el Huevo de Oro de BRAHMA, que simboliza el Universo…

… Esta ciencia maravillosa la aprendí de la Gurú LITELANTES, mi esposa-sacerdotisa, que trabaja en los mundos superiores como uno de los cuarenta y dos jueces del Karma…

(De su su libro Tratado de Medicina Oculta y Magia Práctica, año 1952)

Las verdaderas maestras iluminadas, nunca lo andan diciendo.

Los verdaderos discípulos y maestros son aquellos que saben viajar en cuerpo astral conscientemente. Los hermanos y hermanas que recuerden sus vidas pasadas y que pueden asistir en astral a los templos de misterios, son verdaderos iluminados. Ellos nunca lo andan diciendo, ellos si saben verdaderamente.Litelantes en Egipto

Esos que saben salir en astral, esos que saben arreglar sus cuentas en los tribunales del
karma, esos que reciben las enseñanzas directas en los templos de misterios, esos que recuerdan sus reencarnaciones pasadas esos si saben, aunque no hayan leído jamás un solo libro de ocultismo. Aunque no sean en el mundo sino pobres analfabetas, aunque no sean más que tristes cocineros, o indios salvajes, esa es la gente que sabe verdaderamente.

Nosotros conocimos dos poderosos iluminados absolutamente analfabetos. El uno era un indio salvaje de la Sierra Nevada de Santa Marta, (Colombia). El otro era la poderosa Gurú Litelantes, gran maestra de la justicia Kármica. Estos dos poderosos iniciados gozan el privilegio de poseer la conciencia continua. En semejantes condiciones privilegiadas, éstos dos iniciados poseen conocimientos que jamás se podrían escribir, porque si se escriben se profanarían.

Los grandes Intelectuales que conocieron a estos dos Gurús, los miraron con desdén, porque estos iniciados no hablaban como loros. Porque no estaban llenos de santurronería. Porque no eran intelectuales. Porque no andaban contando sus asuntos esotéricos.

 Hemos conocido a otros que sólo despiertan conciencia esporádicamente, de cuando en cuando, esos no son sino simples principiantes en estas cosas. Lo importante es poseer la conciencia continua en el plano astral, para eso hemos dado practicas y claves en este libro.

 (Del libro Los Misterios Mayores , año 1955)

Yo aguardé con ansiedad infinita, fecha y hora de la Iniciación; se trataba de un 27 sacratísimo…

Quería una Iniciación como aquella que el comandante Montenero recibiera en el templo de
Chapultepec, o como es otra que Ginés de Lara  el Deva reencarnado   tuviera en aquel Sancta Santorum o Adyita de los Caballeros Templarios, en la noche extraordinaria de un eclipse de luna.

Pero mi caso fue ciertamente muy diferente y aunque parezca increíble, la noche de la Iniciación me sentí defraudado.

Reposando con angustia infinita en mi duro lecho, dentro de una humilde choza, a orillas del mar, pasé la noche en vela aguardando inútilmente…

Mi esposa sacerdotisa dormía, a veces se movía entre su lecho o pronunciaba palabras incoherentes…

El mar con sus olas furiosas golpeaba la playa rugiendo espantosamente, como protestando…

Amaneció y ¡Nada! ¡Qué noche de perros, Dios mío!… ¡Válgame Dios y Santa María!…

¡Qué de tempestades intelectuales y morales hube de experimentar en aquellas mortales horas nocturnas!

Realmente no hay resurrección de muerte, ni amanecer alguno en la naturaleza ni en el hombre sin que le precedan las tinieblas, tristezas y agonías nocturnas que hacen más adorable su luz.

Todos mis sentidos fueron puestos a prueba, torturados en agonías mortales, que me hicieron exclamar: «Padre mío! Si es posible pasa de mí este Cáliz, mas no se haga mi voluntad sino la tuya».

Al salir el Sol como bola de fuego que pareciera brota de entre el tempestuoso océano, Samael y Litelantesdespertó LITELANTES diciéndome:

¿Se acuerda de la fiesta que le hicieron allá arriba? Usted recibió la Iniciación…

¿Cómo? Pero ¿Qué está usted diciendo? ¿Fiesta? ¿Iniciación? ¿Cuál? Yo lo único que sé es que he pasado una noche más amarga que la hiel…

¡Qué!  Exclamó LITELANTES, asombrada   ¿Entonces usted no trajo a su cerebro físico recuerdo alguno?

¿No se acuerda de la gran cadena?¿Olvidó las palabras del Gran Iniciador?

Abrumado con tales preguntas interrogué a LITELANTES diciendo: ¿Qué me dijo el Gran Ser?

Se os advirtió  exclamó la Dama Adepto  , que de hoy en adelante tendréis doble responsabilidad por las enseñanzas que deis en el mundo…

Además  dijo LITELANTES , se os vistió con la túnica de lino blanco de los Adeptos de la Fraternidad Oculta y se os entregó la espada flamígera…

¡Ah! Ya entiendo. Mientras yo pasaba tantas amarguras en mi lecho de penitente y anacoreta, mi Real Ser interior, recibía la Cósmica Iniciación…

(Del libro Las Tres Montañas , año 1972)